Friday, 11 March 2016

Los pueblos indígenas ante la globalización

 Desde mediados de los anios '80 los analisis de la post-moderni-
 dad han insistido en senialar que la creciente expansion de la globa-
 lizacion como consecuencia "logica del capitalismo tardfo" (Jame-
 son, 1984) es acompaniada por un relajamiento de la cultura y la
 politica popular de la territorialidad. Nociones mas du'ctiles y
 moldeables del referente territorial parecen tomar la primacia en
 la reproduccion cultural y en la reconfiguracion de identidades et-
 nicas que antes de la diaspora se conciben casi siempre al unisono
 con el propio espacio "natural" primordial. "Los grupos migran
 -seniala Appadurai (1991:191)1-, se reagrupan en nuevas localida-
 des, reconstruyen sus historias y reconfiguran sus 'proyectos' etni-
 cos. El etnos en etnografia toma una calidad resbaladiza, deslocali-
 zada. Los grupos ya no estan apretadamente territorializados, es-
 pacialmente amarrados...". Los procesos simbolicos y concretos de
 desterritorializacion y re-territorializacion parecen volverse el eje
 de la dinaimica de reproduccion cultural de las diasporas etnicas y
 nacionales. Para millones de ciudadanos del mundo y de indigenas
 americanos el aimbito territorial que sirvio de andamio cultural y
 cosmol6gico, de paradigma inmanente al que se remitfa toda cele-
 bracion de continuidad social, se ha globalizado por efecto de la co-
 municacion, de la migracion, del retorno, de la bi-focalidad y multi-
 focalidad de vida de los que migran ciclicamente y estan involucra-
 dos existencialmente en uno, dos, mu'ltiples espacios culturales,
 viviendo vicariamente en todos a la espera de vivir plenamente (y de
 morir) en el propio espacio primordial.
 El espacio territorial globalizado, sea este el de una comunidad
 Mixteca o Zapoteca de la Sierra Madre del sur de Mexico o de Fres-
 no o de Los Angeles, o el de una comunidad de pastores Quechua de
 Wyoming, se estai tornando siempre mais en un escenario de flujos,

 de transitos y temporalidades ciclicas cuyos ritmos dependen
 siempre menos de la naturaleza autoctona y siempre mas de las
 fuerzas inescrutables del mercado. La experiencia de la localidad
 se vuelve por lo tanto experiencia de transito, de precariedad, de
 incertidumbre. En la voz del poeta Zapoteco Vfctor de la Cruz: "El exilio es difi-
 cil en su comienzo, pero una vez que empieza es au'n mas dificil que
 termine; y asf los exilados iremos de pueblo en pueblo en busca de
 ese lugar que nos detenga, nos de raices, ramas y frutos" (de la
 Cruz, 1983: 19). Pero ,por que el exilio, ,por que el destierro? LEs la
 desterritorializacion, el cuestionamiento de la estabilidad primor-
 dial del propio espacio historico "natural' y social causado por los
 ulitimos embates del proyecto globalista lo que esta causando el exo-
 do circular masivo de los campesinos indigenas de America? Ob-
 viamente la pregunta formulada de esta manera irrita a los
 economistas, a los sociologos y posiblemente a los antropologos que
 no se declaran aun post-modernistas. Me parece ingenuo y ahis-
 torico, sin embargo, proponer que destierro, exilio, deportacion eco-
 nomica, migracion, 'internacionalizacion" territorial, imperialis-
 mo espacial y ecologico y, en una palabra, el desmantelamiento del
 cosmos espacial/cultural indigena para sometimiento de sus pue-
 blos, sean fenomenos recientes del "nuevo orden mundial" o neo-
 imperial. La historia, como se sabe, empezo mucho antes y con
 otros nombres, pero con contenidos muy similares.
 El espacio indigena, de hecho, se globalizo en el siglo XVI. Y de
 violencia en violencia nunca mas ha visto "el retorno de sus dioses",
 salvo en los esporadicos y mal historiados episodios que lograron
 recuperar breves autonomias locales o margenes mas amplios de
 soberanias etnicas. La conciencia de la ruptura, de la intrusion, del
 desmembramiento y de la dispersion del cuerpo social y cosmico
 indigena aparece con toda claridad en las narraciones y anales in-
 digenas del Taki Onqoy, de Inkarri, de Huaman Puma de Ayala,
 del Inca Garcilaso, de Blas Valera, del Chilam Balam, de los
 Anales de los Kaqchiqueles, y de todas las literaturas indigenas
 americanas del siglo XVI en adelente.
 En los caminos yacen dardos rotos,
 los cabellos estan esparcidos.
 Destechadas estdn las casas,
 enrojecidos tienen sus muros....
 Llorad, amigos mios,
 tened entendido que con estos hechos
 hemos perdido la naci6n mexicatl.2
 Nuevas lecturas deseuropeizadas del Inca Garcilaso de la Vega
 (Ortega, 1992) y Huamain Puma de Ayala (Adorno, 1988) recuperan
 el contenido de critica radical al colonialismo (quizas entre las
 primeras obras de critica indigena al colonialismo europeo) a
 traves de la cronica de la disgregacion intencional del orden cosmi
 co-territorial andino. En la critica de Huamain Puma los ejes orde-
 nadores de la imago mundi del Tawantinsuyu han sido desplaza-
 dos y rotos por la irrupci6n europea y por la consiguiente separa-
 cion y desperdigamiento del pueblo indigena. "Pachacamac, may-
 pim canqui?" exclama Huamain Puma ante el caos: "Creador del
 mundo, zdd6nde estas?".

Cinco siglos despues, a miles de kilometros del mundo andino,
 otro critico indfgena del colonialismo, el poeta zapoteco Victor de la
 Cruz, sigue haciendose las mismas preguntas3.
 ... Por qu6 no escribimos sobre las verdes hojas,
 sobre las nubes, sobre el agua,
 en la palma de la mano.
 Por qu6 sobre el papel,
 d6nde nacio el papel,
 que naci6 blanco
 y aprisiona la palabra nuestra;
 la palabra que esculpieron nuestros abuelos,
 la que cantaron en la noche,
 cuando danzaron,
 la que usaron para decorar sus casas,
 dentro de sus santuarios,
 en sus palacios reales.
 Quien trajo la segunda lengua
 vino a matarnos con nuestra palabra,
 vino a pisotear a la gente del pueblo,
 como si fu6ramos gusanos
 caidos del arbol, tirados en la tierra.
 ZQuienes somos, cual es nuestro nombre?
 Nuevas tierras para viejos destierros (o acerca de la neo-
 globalizacion)
 ZQue es lo que ha cambiado para los pueblos indios de America
 en esta fase tardia del capitalismo global? ,Que hay en estos proce-
 sos de desmontaje y reestructuracion espacial cultural conducidos
 por las manos ocultas de la economia politica de las corporaciones
 transnacionales que no haya sido ya vivido por los indigenas
 durante los uiltimos cinco siglos de sujecion? Formulada de otra
 manera la pregunta serfa: ,Cuailes son las nuevas condiciones de
 vida, de cultura, de identidad indigena que se dan al otro extremo
 de la larga y tortuosa piramide de explotacion econ6mica y opresi6n
 etnica instaurada por el colonialismo hace cinco siglos, refinada
 por siglo y medio de capitalismos nacionales neo-dependientes y
 finalmente re-articulada a escala mundial por el capitalismo
 avanzado de las corporaciones globales?
 Voy a intentar una primera respuesta parcial antes de desarro-
 llar de manera un tanto descriptiva las caracterfsticas de la neo-
 globalizacion indigena.

 1) Claramente el rasgo distintivo radical de la globalizacion
 contemporainea constitutiva de la modernidad (y post-modernidad)
 frente a la "internacionalizacion" de los periodos previos se encuen-
 tra en el crecimiento inaudito, masivo, omnipresente de la comuni-
 cacion de masas. Hay antenas parabolicas, conexion vifa satelite,
 videocaseteras, comunicacion por "internet", telefax y radios en las
 comunidades indigenas del hemisferio. El caso ma's notorio y
 paradigmaitico es el de los insurgentes zapatistas mayas de la Selva
 Lacandona cuyas caras enmascaradas aparecieron en todo el
 mundo el dia dos de enero de 1994 gracias a la cadena televisiva
 CNN y cuyos comunicados poetico-libertarios llegan en tiempo real
 a todas las computadoras terminales via Internet y World Wide
 Web. Pero hay las anecdotas ma's modestas de la dirigencia indige-
 na mapuche del sur de Chile que se comunica por fax con las ofici-
 nas de gobierno en Santiago, o el dirigente Quichuaruna de la
 CONFENIAE en Ecuador que viaja con su computadora "laptop",
 modem y conexion de E-mail, o los Kayapo de la selva brasilefna que
 usan la videocasetera para denunciar ante la comunidad interna-
 cional y el gobierno de Brasil los abusos de los invasores de sus tie-
 rras.
 2) Un segundo punto distintivo: los pueblos indigenas forman
 ya parte del creciente movimiento de la sociedad civil mundial que
 esta articulando respuestas "desde abajo" a la globalizacion im-
 puesta desde arriba.
 3) Los eventos de las utltimas decadas de este siglo han demos-
 trado tanto en Latinoamerica como en otras partes del mundo el fin
 de la ilusion y ficcion nacionalista integracionista. Estamos
 asistiendo a los uiltimos estertores de un modelo de estado-nacion
 asimilacionista que es incluso obsoleto para el nuevo proyecto del
 capitalismo global.
 4) El fin del nacionalismo asimilacionista va acompaniado de la
 crisis del nacionalismo de estado y del resurgimiento de los "na-
 cionalismos" locales.
 5) La proliferacion de nacionalismos etnicos y autonomias re-
 gionales, aun en sus desafortunadas vertientes ma's fundamenta-
 listas y dogmaiticas, ha creado un ambiente politico-cultural que fa-
 vorece los procesos de redefinicion de las identidades etnico indige-
 nas en terminos autonomos y soberanos.
 Veamos los hechos. A partir de la decada de los '60, a lo largo
 del hemisferio, hemos asistido a un creciente proceso de movimien-
 tos demograficos masivos de los pueblos indigenas, de desenraiza-
 miento territorial, de fenomenos de deportacion economica y
 politica que toman la forma de migraciones ciclicas a otras iareas
 rurales de mayores oportunidades de empleo, a centros urbanos y
 al extranjero. Las viejas imaigenes antropologicas convencionales
 de pueblos indigenas que viven en comunidades rurales agricolas
 relativamente estables y aisladas del resto de la sociedad nacional,

 estan siendo desafiadas por una nueva y compleja realidad trans-
 formada en la que indios de Mexico, Centroamerica y America del
 Sur migran de manera creciente a los Estados Unidos como traba-
 jadores rurales y urbanos, como deportados economicos y como
 refugiados politicos. Incluso la composici6n etnica de las comuni-
 dades estadounidenses de recepci6n Ilamadas "Chicano", "Latino",
 "Latinamerican", "Mexican-American" o "Hispanic" esta cambian-
 do drasticamente debido a la presencia masiva de indigenas de
 America Latina. Indigenas Mixtecos, Zapotecos, Chinantecos, Tri-
 ques, Purepechas, Kanjobales, Quiche, Keqchi, Mam, Ixil, Garifu-
 na, Misquito y hasta Quechua peruanos y Quichua ecuatorianos,
 para mencionar solamente a los mas importantes, se estan volvien-
 do un componente substancial de la llamada comunidad Latina de
 los Estados Unidos (Zabin, Carol, M. Kearney, et al., 1933; Alta-
 mirano, 1991; Varese, 1992). Sintomatticamente hay un sentido
 generalizado de incomodidad y ambiguedad en las comunidades
 hispanohablantes latinas en relaci6n a las varias denominaciones
 etnicas en uso que no definen ya con acierto a una realidad social
 crecientemente indo-americana.
 Por otra parte se vuelve a reconocer el caracter transnacional,
 trans-fronterizo y trans-estatal de numerosas etnias indias como
 un hecho hist6rico de larga duraci6n que se remonta al reparto te-
 rritorial colonial y a su ulterior confirmaci6n post-colonial. En va-
 rios paises de Latino America, un mismo grupo indigena comparte
 territorios fronterizos contiguos pertenecientes a estados-naciones
 distintos. Para mencionar nuevamente a unos cuantos ejemplos:
 hay Aymaras en Peru', Bolivia, Chile y Argentina; Quechuas en
 Ecuador, Peru y Bolivia; Shuar-Aguaju'n en Peru y Ecuador: Embe-
 ra en Panama' y Colombia; Yanomamo en Venezuela y Brasil;
 Miskitos y Garifunas en Nicaragua, Honduras y Belize; Mayas en
 Mexico, Guatemala y Belize; Mapuches en Chile y Argentina;
 Yaqui, O'hotam y Kikapu en EE.UU y Mexico, etc.
 Las viejas unidades, circunscripciones y niveles de analisis
 antropol6gico -la comunidad agricola rural, la region indigena, las
 areas multietnicas e incluso el espacio del estado-naci6n- se estain
 volviendo estrechas e insuficientes para la comprensi6n de etnici-
 dades y movimientos sociales en los que se combinan la defensa de
 la soberania local con la lucha por derechos humanos, laborales,
 culturales, ambientales a escala etnica y multietnica transnacio-
 nal. De manera difusa, casi clandestina, estain surgiendo redes de
 relaciones transnacionales y trans-estatales entre actores sociales
 no-estatales. Los indfgenas, miembros historicamente marginales
 de la sociedad civil latinoamericana, estan participando activamen-
 te en esta reconstitucion de una sociedad civil transnacional y
 estan literalmente intentando obviar la mediacion de los estados y
 reubicar el campo de autoridad en una sociedad civil global, de ca-
 racter transnacional aunque con lealtades etnico-culturales

 claramente afirmadas (Brecher, Brown Childs, Cutler, 1993; Brysk,
 1992). El reconocimiento de la existencia de un movimiento indigena
 transnacional que articula las luchas locales, es decir la soberania
 comunal, con demandas de derechos indigenas universales en los
 campos economicos, politicos, sociales, culturales y ambientales re-
 quiere, obviamente, de un cambio de paradigma analitico y de
 praxis polftica. Para este fin creo necesario rastrear, de manera
 necesariamente sintetizada, las condiciones hist6ricas en las que
 se conformaron las etnicidades indias bajo el dominio colonial y
 post-colonial, poniendo enfasis especialmente en la construccion
 "desnacionalista" y "desestatizada" de las identidades sociales
 indfgenas. Propongo como hipotesis que la propia esencia y
 condiciones estructurales necesarias para el proyecto colonial de
 dominio de los pueblos indigenas y del sucesivo proyecto post-
 colonial (o neo-colonial si se prefiere) de integracion/ asimilacion,
 indujeron conformaciones etnico-sociales indias particularmente
 perif6ricas a la institucionalidad politica del estado nacional,
 aunque permanentemente asediadas por los intentos del capital y
 del propio estado de integracion desigual y asimetrica de los
 productores y trabajadores indios al sistema de mercado. Las
 propuestas asimilacionistas del estado/capital que se ejercen
 exclusivamente en el campo de la explotacion economica sin una
 correspondiente apertura de las instituciones pollticas y de los
 mecanismos de participacion democratica establecidos
 selectivamente para el resto de la ciudadania nacional, revelan la
 contradiccion esencial de la economia politica del estado liberal. Al
 mismo tiempo este desenmascaramiento de las politicas
 nacionales posibilita en las dirigencias indigenas contemporaneas
 la concrecion de programas que buscan como interlocutor no
 exclusivamente al estado-nacion especilfico debilitado en sus
 relaciones con los poderes transnacionales , sino a los organismos
 internacionales de desarrollo y a la propia "sociedad politica global"
 propuesta por el proyecto neo-imperial.

Hoy en dia organizaciones multietnicas transnacionales como
 COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indigenas de la
 Cuenca Amazonica)4, CONIC (Comisi6n de las Naciones Indfge-
 nas del Continente), el Grupo de Trabajo sobre los Pueblos Indige-
 nas de la ONU, y los representantes internacionales de organiza-
 ciones indias nacionales como CIDOB de Bolivia, UNI de Brasil,
 ONIC de Colombia, CONFENIAE de Ecuador y AIDESEP de Peru5
 entienden con claridad que el poder economico y politico que ame-
 naza la soberania local de los pueblos indigenas se encuentra des-
 igualmente distribuido entre las corporaciones y agencias intergu-
 bernamentales transnacionales y los gobiernos nacionales. Com-
 prenden, posiblemente mejor y con menos apego sentimental que
 las elites gobernantes de Latinoamerica, que la propuesta de un

 "nuevo orden mundial" o la globalizacion neo-imperial estat cam-
 biando las reglas del juego y debilitando a las soberanias de los es-
 tados nacionales para dar mas espacio al proyecto de las corpora-
 ciones transnacionales, que son, finalmente, las reales organizado-
 ras de la economfa politica mundial de fin de siglo6.
 Un cierto desnacionalismo Indio
 Para los pueblos indigenas de America la pertenencia
 nacional, y consiguientemente la experiencia de ciudadanfa, ha
 sido siempre un ejercicio ambiguo y disparejo. Cuestionados desde
 el principio en su propia humanidad por los invasores europeos,
 desterrados por el colonialismo al confin de una institucionalidad
 incierta y embrollada, finalmente conminados durande los uiltimos
 dos siglos de vida republicana a dejar de ser colectivamente para
 poder sobrevivir individualmente, llegan los pueblos indios a la
 puerta del tercer milenio con la advertencia de que les espera un
 "nuevo orden mundial" en el que sus identidades y lealtades
 culturales especfficas tendran que ser sacrificadas, una vez mas,
 en aras de un proyecto neo-imperial de "globalizacion desde arriba"
 (Falk,1993: 39-40). El sistema de ciudadania inconcluso y mutilado
 que el estado-naci6n liberal burgues pretendio ofrecer a los pueblos
 indfgenas encerrados en sus fronteras territoriales se basaba en
 una secuencia de ficciones ideol6gicas y legales que proclamaban
 igualdad universal de membrecia y participacion en la comunidad
 politica nacional y en la economia de mercado. La experiencia
 politica de los pueblos indigenas, sin embargo, ha probado
 reiteradamente a lo largo y ancho de America la crueldad de un
 orden social jerarquizado en el que clases privilegiadas y grupos
 etnico-raciales dominantes pueden ejercer un derecho
 discriminado y selectivo de ciudadania sobre grupos economicos,
 sociales, politicos y etnicos subordinados que son sistemaLticamente
 privados o mutilados en sus derechos ba'sicos individuales y
 colectivos.
 El resultado l6gico y sin embargo indeseado por las elites diri-
 gentes, de este largo proceso de asimilaci60n desigual y discrimina-
 toria de los indigenas a las varias comunidades nacionales, ha sido
 el de generar, al interior de las entidades colectivas indias, condi-
 ciones de alienacion polftica frente a la naci6n y a su estado, asi
 como modalidades de reproduccion cultural fundadas sobre el dis-
 tanciamiento de las etnias indigenas de las instituciones naciona-
 les y su repudio de las mismas como posible mecanismo y objetivo
 de integraci6n a la sociedad nacional dominante. Se puede afirmar
 que desde los primeros afios de la invasion europea en el siglo XVI
 hasta la actualidad, para las sociedades indigenas de America la
 propia sobrevivencia colectiva ha constituido un viaje recurrente en
 el reino de la ambiguiedad, un recorrido entre el dificil manteni-
 miento y reproduccion de una existencia e identidad colectiva
 autonomas y el mas ilusorio traspaso individual al sector social no
 indlgena que promete compensar la abdicacion de la propia etnici-
 dad con el atractivo de ascenso economico y la eliminacion de los
 estigmas culturales y raciales.
 Una historia apretada de las relaciones de los pueblos indige-
 nas, especialmente de las aireas civilizatorias agrarias mesoameri-
 canas y andinas, revela que desde sus inicios los estados euroame-
 ricanos coloniales, y posteriormente republicanos, se involucraron
 en el establecimiento y expansion de una division global del trabajo
 integral e interdependiente (aunque antagonista y competitiva), asi
 como en una divisi6n internacional del uso y apropiacion del medio
 ambiente. La misma nocion liberal decimon6nica de un mercado
 de trabajo "libre" que se desarrolla como una masa humana
 inherentemente circunscrita y homogenea sujeta a una
 administracion estatal particular, tiene que ser revisada. De hecho
 los recientes fenomenos de transferencia transnacional masiva de
 fuerza de trabajo barata y controlable es solamente una
 manifestacion contemporanea de una tendencia hacia la interna-
 cionalizacion de la division del trabajo que ha sido
 sistemaiticamente construfda por los proyectos imperiales durante
 los uiltimos cinco siglos. El trafico de esclavos africanos y el sistema
 de plantaciones coloniales son seguramente los ejemplos mas
 dramaLticos de esta caracteristica estructural de la economia
 politica global inaugurada por la expansion europea7. Sin embargo
 es claro que desde el siglo XVI la entera formacion multietnica de
 las Americas fue constantemente ajustada y reformulada por los
 intereses combinados del estado y del capital en el control de la
 fuerza de trabajo indigena.
 Bajo la definicion e institucionalizacion colonial de una "india-
 nidad generica" sefialada por Guillermo Bonfil Batalla, que nego
 validez historica y realidad cultural especifica a las centenares de
 nacionalidades etnicas indlgenas, el sistema imperial europeo
 privo a las sociedades indias de sus vinculos e identidades cultu-
 rales en un intento de debilitar la reconstitucion de "naciona-
 lismos" indios basados en lealtades etnico-linguisticas. El resultado
 imprevisto de esta praLctica institucional fomentada por el estado
 colonial, fue el surgimiento de un doble y contradictorio proceso de
 etnogenesis. Por un lado un sector de los pueblos agrarios indige-
 nas mesoamericanos y andinos se fueron encerrando en las unida-
 des locales de produccion y reproduccion: la comunidad indigena,
 la aldea, "la repuiblica de indios". Estos son los indigenas que ase-
 guraron el aprovisionamiento de una mano de obra circular extraf-
 da peri6dicamente por la "mita" andina, las reducciones, los obra-
 jes, la hacienda, las plantaciones y las minas.
 Por otro lado "nuevos pueblos indigenas" iban emergiendo y
 siendo formados por las necesidades cambiantes de un mercado de

 trabajo crecientemente diversificado. Estos nuevos sectores indios
 se iban perfilando como parcialmente desraizados, igualmente co-
 nectados a la comunidad original y al nuevo lugar de trabajo,
 menos conservadores en terminos de identidad cultural, mas
 adaptables a los nuevos entornos y sobre todo, mas efectivos en el
 uso de sus etnicidades como un instrumento estrategico flexible. De
 estos contingentes, asi como de la elites comunales de curacas y
 caciques, surgieron, durante los uiltimos cinco siglos, las figuras
 indias politicas y revolucionarias mas prominentes: Tutpac Amaru,
 rico comerciante y arriero Quechua dedicado al comercio transna-
 cional; Juan Santos Atahuallpa, Quechua cuzquenio educado en
 latln y con experiencia en politica internacional; el Aymara Tu'pac
 Katari; el Maya Jacinto Kanek, los Paez Juan Tama y Quintin
 Lame, solamente para mencionar unos cuantos nombres.
 En otra ocasion he intentado rastrear la conformacion historica
 de los intelectuales nativos argumentando que la identidad
 generica india fomentada por el estado colonial, se torn6 desde el
 comienzo en la forma de identidad de la nobleza y elite indigena,
 mientras que la identidad comunal devino en la individualidad et-
 nica primaria del campesinado indigena (Varese, 1991). La separa-
 cion entre una elite indigena y los comuneros subordinados, con-
 firmada y reafirmada por la administracion espantola, activo una
 creciente diferenciacion de clase entre la intelectualidad india y las
 masas rurales. Los intelectuales, en su mayoria urbanos, se trans-
 formaron en una aristocracia literata dependiente que recreo una
 nueva memoria historica para una nueva identidad en la que se
 combinaban antiguas expresiones de codices, glifos, "quipus", lite-
 raturas orales y la nueva prestigiosa escritura alfabetica (Grud-
 zinski, 1988; Stern, 1982)8. Aunque el discurso critico y etno-nacio-
 nalista de estas elites indias busc6 fundamentalmente defender sus
 intereses de clase a lo largo del periodo colonial, desde la segunda
 mitad del siglo XVIII estas se involucraron de manera creciente
 en movimientos y rebeliones populares extendiendo el debate
 politico indigena hacia las ideas de naciones, estados y reinos
 indios autonomos (Barabas, 1987; Stern, 1987; Taylor, 1979; Varese,
 1973; Zarzar, 1989). Estas movilizaciones de etno-nacionalismo indio
 supieron, en ocasiones, amalgamar los agravios experimentados
 por las elites indias con las desigualdades e injusticias sufridas por
 el campesinado, logrando superar de esta manera las diferencias
 impuestas por aspiraciones metropolitanas y percepciones parro-
 quiales.
 Aunque el proceso de independencia politica de los paises lati-
 noamericanos y la subsiguiente hegemonia del Liberalismo dio un
 golpe mortal a las elites indias como clase, pequenios sectores de in-
 telectuales y desclasados indigenas pudieron mantenerse y repro-
 ducirse en los espacios orbitales de las comunidades indias rurales
 y en los intersticios de la nueva institucionalidad del estado nacio-
 nal republicano Estos intelectuales conforman una pequenia bur-
 guesia indigena: un sector de pequenios burocratas, caciques loca-
 les, comerciantes, maestros de escuela, estudiantes y profesionales
 que crece al amparo de una economia de mercado en expansion y
 de su aparato estatal. Su asociaci6n con el campesinado indigena
 puede ser a veces distante,. ideologizada, paternalista e incluso
 arrogante, sin embargo esta relacion contradictoria y ambigua ha
 entrelazado la vida de las comunidades indigenas durante siglos e
 ilumina la historia de la resistencia politica y de la tenacidad cul-
 tural indigena.
 En el curso de los utltimos siglos el establecimiento y consolida-
 cion del estado colonial y republicano se ha basado en la maximiza-
 cion de la explotacion laboral cuidadosamente organizada sobre las
 lfneas divisorias etnicas y la delineacion etno-territorial. La incor-
 poracion de las etnicidades indias a la division global del trabajo
 configuro diferenciaciones de clase intraetnicas asi como desi-
 gualdades interetnicas en la economia y en el acceso y ejercicio del
 poder polftico. El resultado de un tratamiento diferenciado del esta-
 do y del capital a las poblaciones y regiones etnicas ha sido la pro-
 duccion de una compleja estructura de clase que atraviesa y per-
 mea la entera configuracion multietnica indigena. A esta estructu-
 ra etno-clasista multidimensional de los pueblos indfgenas le co-
 rresponde, en la actualidad, un igualmente intrincado panorama
 de niveles de conciencia etnica y de clase, de plataformas, organiza-
 ciones y estrategias polfticas. Obviamente los diferentes tipos de ar-
 ticulacion que cada una de estas clases y segmentos de clases indif-
 genas ha establecido con la estructura nacional-estatal conforma el
 estilo ideologico, las demanda s y el programa politico propuesto
 por sus propias dirigencias.
 Hay, sin embargo, un rasgo comuin que aparece con claridad a
 lo largo del movimiento indio continental contemporaineo y de sus
 organizaciones nacionales y transnacionales: los pueblos indigena,
 organizados manifiestan una diluida y tibia lealtad nacional, una
 disconformidad y oposicion al proyecto politico del estado-nacion no
 solo en tanto expresion de clase de las elites, sino en tanto
 propuesta cultural (etnopolitica) historica de los sectores mestizos y
 criollos que por siglos antagonizaron las soberanias indigenas con
 argumentos racistas y discriminacion etnico-social. Esta
 propension a un desnacionalismo de estado de los pueblos indios
 se constituye en un terreno ideologico y cultural f6rtil para la
 expansion de la identidad colectiva hacia formas complementarias
 y alternas de identificacion politico-cultural.
 De esta manera la bu'squeda de autodeterminaciones particula-
 res locales (comunales) que se gesta y negocia en el contexto insti-
 tucional del estado-nacion como confrontacion de hecho entre
 soberarnia local y soberania del estado, no agota la lucha polltica
 indigena. Esta se ha extendido, en la uiltimas decadas, a la esfera de

 las relaciones transnacionales en las que las organizaciones indi-
 genas luchan por las soberanias etnicas de sus representados fren-
 te a las pretensiones e intervenciones de entidades transnacionales.
 Es el patrimonio y la soberania etnico-local lo que se defiende frente
 a las intervenciones transnacionales que cuentan con la conniven-
 cia o la indiferencia del estado nacional. La lucha de las nacionali-
 dades indigenas de la Amazonia Ecuatoriana (SAIIC, 6, 1-2, 1991)
 contra 22 companias petroleras transnacionales que operan en
 territorios indlgenas con proteccion militar del estado ecuatoriano,
 es esencialmente un conflicto que enfrenta a las soberanias indias
 en defensa de su patrimonio etnico-nacional (territorio, recursos y
 medio ambiente) directamente con las entidades transnacionales y
 los organismos internacionales de desarrollo, obviando la interme-
 diacion de un estado que ha demostrado repetidamente su incapa-
 cidad en la defensa del patrimonio de las nacionalidades indigenas.
 Hay decenas de otros ejemplos de esta nueva dimension transna-
 cional de una lucha indfgena desnacionalizada que demuestran la
 efectividad y el mayor exito relativo de un movimiento politico que
 se proyecta en el escenario global post-nacional tal como ha sido
 instituido por el proyecto de globalizacion neo-imperial.
 Menciono al azar unos cuanto ejemplos para sefnalar la diver-
 sidad de condiciones etnico-sociales de los pueblos indigenas asi
 como de contextos nacionales. Parece ser caracteristica del proceso
 de globalizacion y transnacionalizacion de la economia politica no
 atribuir demasiada importancia a las diferencias de niveles de de-
 sarrollo nacional y a los grados de 'integracion" a la economia de
 mercado local de los pueblos indigenas. Los factores que importan
 en las decisiones de intervencion e inversion tienen que ver mas
 bien con la garantia de que el estado nacional mantenga condicio-
 nes de "democracia de baja intensidad". Asi, por ejemplo, en cuanto
 el gobierno Sandinista de Nicaragua fue reemplazado por una
 nueva administraci6n mas favorable a las inversiones extranjeras,
 el pequenio grupo etnico de los Sumo se vio literalmente asediado
 por la companifa transnacional de Taiwan Equipe Enterprise que
 con el apoyo del nuevo gobierno de Nicaragua obtuvo una concesion
 de 375,000 has. de bosque tropical en territorio indigena. La respues-
 ta de los Sumo fue buscar apoyo con las organizaciones no-guber-
 namentales (ONS) internacionales, especialmente Conservation
 International (SAIIC, 6, 1-2, 1991). Los Huaorani de Ecuador, por
 ejemplo, lograron movilizar organizaciones ambientalistas nacio-
 nales e internacionales en contra de la planeada explotacion petro-
 lera de la DuPont-Conoco Oil Company en territorio indigena. La
 campafia de la organizaci6n Huaorani, que conto con el apoyo de la
 organizacion internacional indigena SAIIC (Oakland California) y
 del Sierra Club Legal Defense Fund (de EE.UU.) tuvo exito y la com-
 paflia petrolera cancelo las operaciones en territorio indlgena
 (SAIIC, 6, 1-2, 1991). Las organizaciones de indlgenas de la Amazo-
 nia peruana obtuvieron un exito parecido con el anuncio de la can-
 celacion, en Septiembre de 1991, del contrato de la compaflia petro-
 lera Texas Crude de Houston Texas con el gobierno peruano para
 la exploracion de la region de Pacaya Samirfa en el Amazonas
 indlgena (ibid.).
 La estrategia de internacionalizar la lucha por los derechos
 colectivos indigenas parece tener mas exito relativo que las movili-
 zaciones politicas convencionales a nivel nacional. No solamente
 las organizaciones indigenas internacionalizan la confrontacion
 sino que abren simultaineamente frentes de accion en varios niveles
 de la sociedad global: con la "sociedad civil transnacional", las orga-
 nizaciones no-gubernamentales de ambientalistas, de derechos
 humanos y de defensa legal; al mismo tiempo se dirigen a los orga-
 nismos intergubernamentales financieros y tecnicos de desarrollo.
 El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se han
 visto presionados a reformular sus politicas financieras y de desa-
 rrollo para aireas indfgenas o de impacto en zonas indfgenas. Fi-
 nalmente, desde hace casi diez anios, los indigenas han llevado el
 debate y sus luchas a las Naciones Unidas a las que le reclaman
 mayor democratizacion y posturas menos nacionalistas y mas pro-
 pueblos sin estados.
 La transnacionalizaci6n o globalizacion desde abajo de las lu-
 chas indigenas forma parte de un movimiento creciente de re-
 constitucion de la sociedad civil mundial. Es un movimiento que
 responde a una larga crisis de estilo civilizatorio, como seniala Xa-
 bier Gorostiaga (1993: 72-73). Un estilo de civilizacion que emergio
 con un mundo unificado, inseparable historica y geograficamente
 hace quinientos anios y sin embargo dividido por profundas fractu-
 ras economicas, sociales, raciales y culturales, en el que pocos es-
 pacios territoriales y sociales (naciones desarrolladas) centralizan
 un inmenso poder que ha ido concentrandose de manera aun ma's
 dramaLtica a partir del colapso de los socialis-mos de estado. "La po-
 larizacion y asimetria entre un Norte de pocos habitantes y muchos
 recursos y un Sur de muchos habitantes y pocos recursos constitu-
 ye el eje de la crisis contemporanea" (Gorostiaga, 1993: 72). Este esti-
 lo de civilizacion demanda una acumulacion ilimitada y progresiva
 con concentracion de capital, tecnologia, poder en el Norte, y una
 correspondiente depredacion de recursos y fuerza laboral, y de ex-
 clusion politica de las mayorias del Sur (ibid.). La inercia de este
 viejo proyecto global -aun bajo el renovado rubro nominalista de
 "Nuevo Orden Mundial"- produce una creciente ingobernabilidad
 de las periferias cuyas masas estan siempre mas oprimidas por el
 peso del fracaso economico de sus propios gobiernos (la deuda
 internacional, los ajustes economicos, la recesion reducen la
 capacidad de intervencion y regulacion social del estado) (Ibid.).
 Hay una paradoja esencial en este proceso de globalizacion y
 transnacionalizacion de la economia politica de los estados nacio-
 nales de Latinoamerica. El programa operado por los intereses de
 las corporaciones multinacionales alivia al mismo tiempo los esta-
 dos Latinoamericanos del peso de tener que jugar el rol empresa-
 rial en lugar de las oligarquias y burguesias nacionales tradicio-
 nalmente pasivas. Al mismo tiempo el proyecto corporado multina-
 cional crea un problema de seguridad al estado nacional al amena-
 zar precisamente una entidad nacional debil y vulnerable. Dos
 fuerzas antagonicas entran, por lo tanto, en el escenario Latino-
 americano de fines de siglo: una tendencia de consolidacion nacio-
 nal en la que el estado continua actuando como el fundador y origi-
 nador de la nacion que reconstruye y da sentido de unidad, a los es-
 pacios etnicos y territoriales heterogeneos para beneficio de la clase
 dirigente.
 Por otro lado el proceso de transnacionalizacion de la economia
 politica requiere de una transformacion ideologica y objetiva del es-
 tado liberal del siglo XIX (centralizado, homogeneo, autoritario) en
 una entidad ma's permeable y flexible, abierta a la penetracion de
 las corporaciones. El resultado esperado es un movimiento de capi-
 tal transnacional a aLreas menos controladas, a regiones mas
 "libres": territorios indfgenas, entre otros, aun no totalmente explo-
 tados, donde los controles ambientales y las organizaciones politi-
 cas y laborales, si es que existen, son debiles y controlables. Conco-
 mitantemente a este proceso de internacionalizacion del capital, del
 trabajo y del medio ambiente, se vuelve un requisito indispensable
 realizar una privatizacion del estado. Incluso funciones tan fun-
 damentalmente estatales como la defensa y el orden policial liegan
 a plantearse en terminos de privatizacion (fuerzas paramilitares
 privadas en America Central y los paises andinos son el signo ine-
 quivoco que inclusive la funcion represiva del estado esta demos-
 trando fallas y requiere de una reactivaci6n neoliberal).
 El escenario introducido por la firma del GATT (General
 Agreement on Tariffs and Trade) y el TLC/NAFTA Tratado de Li-
 bre Comercio/North American Free Trade Agreement) nos mos-
 trara vastos y vulnerables territorios abiertos a incursiones relati-
 vamente reguladas de corporaciones transnacionales que pueden
 borrar completamente pequefias empresas y economias campesi-
 nas, tomando ventaja de un ambientalismo laxo y de un medio
 politico en el que un estado progresivamente desnacionalizado
 puede cumplir eminentemente una funcion disciplinaria.
 La nueva relacion estado-etnias, por lo tanto, se internacionali-
 zara de manera creciente bajo una concepcion modificada de segu-
 ridad de estado que buscara controlar toda tentativa de los pueblos
 indigenas de ejercer soberanfa, derechos de propiedad y autodeter-
 minacion sobre sus territorios, recursos, fuerza de trabajo, tecnolo-
 gia y conocimientos. Dentro de este marco, cuestiones tales como la
 preservacion de territorios y recursos, la titulacion de tierras, la
 migracion, los derechos sindicales y de organizacion politica y la
 operacion de empresas transnacionales en territorios indigenas,
 seran tratadas por los estados nacionales como asuntos estrategi-
 cos de seguridad nacional.
 Sin embargo el raipido crecimiento de un movimiento transna-
 cional para la defensa de los derechos indigenas parece indicar que
 los pueblos indios han sabido transformar su debilidad y margina-
 lidad politica domestica en un reconocimiento internacional
 (Brysk, 1992). Frente al proceso mundial contemporaineo de
 "globalizacion desde arriba" los pueblos indios han sabido
 responder con una "globalizacion desde abajo" (Falk, 1993) al
 cambiar sus estrategias pollticas de enfoques eminentemente
 locales y nacionales al involucramiento comprometido de la
 sociedad civil y politica internacional. La herencia colonial de co-
 munidades locales fragmentadas y desconectadas de la entidad
 etnica integral es rechazada a traves de la bu'squeda de una
 estrategia etnica y multietnica comprensiva que recupera el ideal y
 el objetivo politico de reconstitucion de soberanias indigenas totales.
 Obviamente una concepcion extendida e integradora de la
 etnicidad, que incorpora en el proyecto politico a la totalidad
 territorial y de recursos bio-culturales en su profundidad historica,
 asi como a los nuevos derechos sociales derivados de la diaspora y
 de la presencia indigena en varios espacios nacionales y
 transnacionales, requiere de ajustes dramaticos en la cultura
 politica, en la practica social y en los metodos del movimiento de los
 pueblos indigenas. Organizaciones politicas mas grandes, mas
 complejas, que requieren de largas exploraciones en el campo de
 las tecnicas de gestion y manejo democraitico deben de ser
 imaginadas e implementadas. Mucho de esto esta' ya ocurriendo a
 escala continental.
 Quiero cerrar el circulo. En el nuevo movimiento indigena de
 recuperaci6n de soberanias, asi como en el antiguo, hay espacio y
 necesidades para poetas, escritores, narradores, cronistas, intelec-
 tuales, criticos y creadores de todas las formas esteticas posibles.
 Unas etnias, mas afortunadas que otras o tal vez ma's protegidas
 por sus dioses, han logrado producir y reproducir pensadores y es-
 tetas que se han apropiado de los instrumentos de los opresores: al-
 fabeto, escritura, libros y ma's recientemente los medios de comuni-
 cacion electronica. Otras etnias, con menos suerte, han optado por
 clandestinizar sus creaciones y mantenerlas en la intimidad del
 subsuelo de la propia cultura. No encuentro la logica del mercado
 en esta distribucion desigual de los recursos e instrumentos cultu-
 rales. Los indigenas Mixes y Chinantecos, vecinos de los Zapotecos,
 solo recientemente empiezan a apropiarse del alfabeto latino y de la
 escritura para usarlos en su lucha polftica. Los Zapotecos, en cam-
 bio, han sido maestros en este arte desde por lo menos fines del
 siglo pasado. El pequeiio grupo Maya Jacalteco de Guatemala ha
 producido un escritor, poeta, cronista y antropologo de renombre ya
 mundial: Vfctor Montejo (Montejo, 1987, 1991, 1992). Surgido de la
 represion salvaje de los militares, de las matanzas y
 desapariciones de mas de 150.000 personas, de exilios, de exodos de
 miles de refugiados Mayas, Vfctor Montejo es una especie de
 milagro, un testimonio de que una civilizacion entera puede ser
 protegida en la fragilidad de una vida humana.
 NOTAS
 1. Citado en Michael Peter Smith. "Can You Imagine? Transnational Migration
 and the Globalization of Grassroots Politics", Social Text, 39 (Summer, 1994,
 p. 18).
 2. Miguel Le6n Portilla, Visi6n de los vencidos, Mexico: UNAM, 1987, p. XVI.
 3. Victor de la Cruz. Tu laanu, tu lanu, Quienes somos, cual nuestro nombre?, en
 Victor de la Cruz (Coordinador) La Flor de la Palabra. Guie sti' didxaza. An-
 tologia de la literatura zapoteca, (Edici6n bilinguie), M6xico: Premia Editora,
 1983.
 4. COICA, fundada en 1984, reune a 81 confederaciones inter6tnicas de pueblos
 indigenas amaz6nicos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Peru que suman
 cerca de un mill6n y medio de habitantes (Chirif, Alberto, Padro Garcia,
 Richard Chase Smith, 1991).
 5. CIDOB, Central de Pueblos y Comunidades Indigenas del Oriente Boliviano;
 UNI, Uni6n de Naciones Indigenas del Brasil; ONIC, Organizaci6n Nacional
 Indigena de Colombia; CONFENIAE, Confederaci6n de Nacionalidades Indige-
 nas de la Amazonia Ecuatoriana; AIDESEP, Asociaci6n Inter6tnica de Desa-
 rrollo de la Selva Peruana. Para informaci6n sobre las organizaciones indi-
 genas de Latinoam6rica ver los 7 vol. del Boletin de SAIIC (South and Meso
 American Indian Information Center) que desde el vol. 7 aparece con el titulo
 de Noticias de Abya Yala, Vol 7, N. 1 & 2, Julio/Agosto 1993, Oakland, Ca.
 6. Saskia Sassen (1993: 61-63) sefiala que desde los principios de los anios '70
 las corporaciones transnacionales (CT) empezaron a jugar un rol esencial en la
 economia de los Estados Unidos y en las en la economia mundial, contando
 con el 80% del comercio internacional de EE.UU. para fines de la d6cada del
 '80. Un tercio del comercio internacional de EE.UU. fue en realidad un
 comercio intra-empresas. Las corporaciones transnacionales se han vuelto las
 mayores fuentes de flujo financiero a los paises en desarrollo. De esta manera
 las CT se han vuelto las organizadoras estrategicas de la economia mundial y
 su papel es central en la internacionalizaci6n de la producci6n de bienes y
 sevicios.
 7. Ver al respecto los trabajos clasicos de Andre Gunder Frank, Sidney Mintz,
 Immanuel Wallerstein, Eric Wolf.
 8. Esta es la intelectualidad que produjo las 1,200 paginas de la carta del
 Quechua Huaman Puma al Rey Felipe II, Nueva Cor6nica y Buen Gobierno, y
 las Relaciones Originales de Chalco Amequemecan del Nahuatl Francisco Do-
 mingo Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin.
 BIBLIOGRAFIA
 Abya Yala News, Journal of the South and Meso American Indian Information
 Center-SAIIC, Oakland, Ca., Vols. 5 (1990), 6 (1992), 7 (1993), 8 (1994).
This content downloaded from 165.193.178.76 on Sat, 02 Apr 2016 16:15:48 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
 34 STEFANO VARESE
 Adorno, Rolena. Guaman Poma. Writing and Resistance in Colonial Peru. Austin:
 University of Texas Press, 1988.
 Alb6, Xavier. "De MNRistas a kataristas a Katari" en Steve Stern (comp.), Resis-
 tencia rebeli6n y conciencia campesina en los Andes, Lima: Instituto de Estu-
 dios Peruanos, 1990, tambi6n en ingl6s, Stern, S., Resistance, Rebelion and
 Consciousness in the Andean Peasant World, 18th to 20th Centuries, Madison:
 The University of Wisconsin Press.
 -----. "El retorno del Indio," Revista Andina, 9 (2), Diciembre, 1991.
 Altamirano, Te6filo. "Pastores Quechuas en el Oeste Norteamericano", America
 Indigena, 2-3, Mexico, 1991.
 Appadurai, Arjun. "Global Ethnoscapes: Notes and Queries for a Transnational
 Anthropology." en R.G. Fox (Ed), Recapturing Anthropology: Working in the
 Present, Santa Fe, NM,: School of American Research Press, 1991.
 Barabas, Alicia M. Utopias Indias. Movimientos Sociorreligiosos en Mexico, M6xico:
 Grijalbo, 1987.
 Brecher, Jeremy, J. Brown Childs, J. Cuttler. Global Visions. Beyond the New
 World Order, Boston: South End Press, 1993.
 Brysk Alison. Acting Globally: International Relations and the Indian Rights in
 Latin America, Paper presented at the XVII International Congress of the
 Latin American Studies Association, September 24-27, Los Angeles, Ca:
 (manuscrito), 1992.
 de la Cruz Victor. En Torno a las Islas del Mar Oceano, Colecci6n Guchachi' cayu-
 undda', Oaxaca, M6xico: Publicaciones del Ayuntamiento Poular de Juchitan,
 1983.
 -----. (Coordinador), La for de la palabra. Guie sti' didxaza. Antologia de la literatu-
 ra zapoteca. (Edici6n bilingue), M6xico: Premia Editora, 1983.
 Falk, Richard. 'The Making of Global Citizenship' en Brecher, Jeremy, John
 Brown Childs, and Jill Cutler, Global Visions. Beyond the New World Order,
 Boston: South End Press, 1993.
 Gorostiaga, Xabier. "Latin America in the New World Order", en Brecher, Jeremy
 et al., Global Visions, op. cit.
 Jameson, Fredric. "Postmodernism, or, the Cultural Logic of Late Capitalism."
 New Left Review 146 (1984), 53-92.
 Le6n Portilla, Miguel, Visi6n de los vencidos, M6xico: UNAM, 1987.
 Montejo, Victor. Brevisima relaci6n testimonial de la continua destrucci6n del
 Mayab' (Guatemala), Providence, RI: Guatemala Scholar Network, 1992.
 -. Testimony: Death of a Guatemalan Village, Willimantic, CT: Curbstone Press,
 1987.
 -----. The Birds who Clean the World and Other Mayan Fables, Willimantic, CT:
 Curbstone Press, 1991.
 Montemayor, Carlos. (Coordinador), Situaci6n actual y perspectivas de la literatura
 en lenguas indigenas, M6xico: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
 1993.
 Ortega, Julio. "Garcilaso y el modelo de la nueva cultura", en Nueva Revista de
 Filologia Hispanica, T. XL, N. 1, El Colegio de M6xico, 1992, 199-215.
 SAIIC. SAIIC Newsletter, South and mesoamerican Indian Information Center, Vol.
 6, N. 1-2, Spring-Summer, Oakland, CA, 1991
 Smith, Michael Peter. "Can You Imagine? Transnational Migration and the Globa-
 lization of Grassroots Politics". Social Text, 39 (Summer, 1994), 15-33.
 Stern, Steve. (Ed.), Resistance, Rebellion, and Consciousness in the Andean Peasant
 World, 18th to 20th Centuries, Madison: The University of Wisconsin Press,
 1987.
 -----. Peru's Indian People and the Challenge of Spanish Conquest, Madison: The
 University of Wisconsin Press, 1982.
 Taylor, William B. Drinking, Homicide, and Rebellion in Colonial Mexican Villages,
 Stanford: Stanford University Press, 1979.
This content downloaded from 165.193.178.76 on Sat, 02 Apr 2016 16:15:48 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
 LOS PUEBLOS INDIGENAS ANTE LA GLOBALIZACION 35
 Varese, Stefano. Think Locally, Act Globally, in Report of the Americas, NACLA,
 Vol. XXV, N. 3, New York, 1992.
 -----. La Sal de los Cerros. Una Aproximaci6n al Mundo Campa, Lima: Retablo de
 Papel Ediciones, 1973.
 Zabin, Carol, M. Kearney, A. Garcia, D. Runsten, C. Nagengast. A New Cycle of
 Poverty. Mixtec Migrants in California Agriculture, Davis, California: Institute
 for Rural Studies, May, 1993.
 Zarzar, Alonso. "Apo Capac Huayna, Jesus Sacramentado". Mito, Utopia y Milena-
 rismo en el Pensamiento de Juan Santos Atahualpa, Lima: Ediciones CAAP,
 1989

No comments:

Post a Comment